Toda persona tiene derecho al acceso a alimentos sanos y nutritivos, en consonancia con el derecho a una alimentación apropiada y con el derecho fundamental a no padecer hambre.
La elección que realicemos de los alimentos y su forma de consumo determinarán en gran medida los años de vida saludables que lograremos alcanzar a lo largo de nuestra existencia.
De ahí la importancia que tiene alimentarse saludablemente a lo largo de toda la vida, muy especialmente desde antes de la concepción y durante la primera infancia, ya que en este período se definen las condiciones para el mayor desarrollo físico e intelectual, aspectos vitales para el desenvolvimiento personal y de la sociedad en su conjunto.
A esto se agrega el argumento consistente sobre la importancia de la dieta saludable y la buena nutrición en los primeros años de vida como factores determinantes en la vida adulta, para la prevención de enfermedades crónicas.
La importancia de la alimentación para la salud, el rendimiento escolar, el desempeño laboral, el desarrollo de los países, la economía es indiscutible.
Una alimentación saludable es posible si se combinan diariamente distintas variedades de verduras, frutas, carnes, lácteos, cereales y leguminosas, mediante formas de preparaciones sanas, agradables a los sentidos y culturalmente aceptables.
Para promover la salud no sólo es necesario incluir todos los alimentos básicos en las comidas diarias, sino poner especial cuidado en las prácticas higiénicas que se realicen al momento de prepararlos y conservarlos.
Un consumidor bien informado no sólo compra más inteligentemente sino que sabe el valor de la alimentación saludable para el cuidado de su salud y de la de su familia.
viernes, 20 de mayo de 2011
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